DOS preguntas: ¿qué sentirían si a su hijo, esposo, hermano o amigo le matara un desaprensivo? ¿Cómo se quedarían si la pena al homicida fuera de cuatro años de prisión? ¿Qué pensarían de la justicia si los jueces deciden que esa pena, ya de por sí exigua, sea rebajada a dos años y medio de reclusión, en sentencia sin posible recurso, porque el homicida tiene trabajo estable y novia?
Eso no es ficción, eso ha pasado. Se lo recuerdo. Dos individuos deciden probar su espectacular deportivo (220 cv) en pleno centro, en el Paseo de Bizkaia de Donostia-San Sebastián. Tras saltarse dos semáforos en rojo impactan contra un vehículo que circula correctamente por su vía. El coche sale volando a 36 metros de su punto de impacto, alcanzando una altura de al menos 1,20 metros; la velocidad del impacto es de unos 135 km/h. En definitiva: una grave imprudencia, un homicidio, un muerto, Lander de la Maza, un brillante joven con toda la vida por delante, una familia rota.
¿Y luego? Una excelente reconstrucción por parte de la Guardia Municipal de la capital, que no se limita a decir quién es el culpable del siniestro como mero trámite para los seguros, una Fiscalía implicada en la persecución de un acto de violencia vial, y un juzgado de lo penal que valora el desarrollo y las consecuencias de unos actos condenando al conductor a cuatro años de prisión por homicidio imprudente. ¿Y todo esto para qué?, para que en una absurda e incomprensible aplicación del artículo 66, la Audiencia Provincial de Gipuzkoa desarrolle todo un discurso que no pone en duda alguna los hechos probados, y que finaliza remarcando el hecho que el autor de los hechos que en su momento tenía 29 años, novia y trabajo desde el año 2004, por lo cual al estar plenamente integrado en la sociedad reduce la pena a dos años y medio. Esto es una auténtica puñalada para las víctimas de la violencia vial, y crea jurisprudencia (si fueramos el abogado de Ortega Cano, ya la estaríamos analizando para su recurso). Y genera dudas: ¿y si no hubiera tenido novia? ¿Y si su relación fuera homosexual? ¿Y si estuviera en el paro? ¿Hubieran sido esas circunstancias atenuantes o agravantes?
Como está de moda decir ahora, acatamos pero no compartimos. Es más, esta sentencia nos avergüenza y nos indigna a partes iguales. No la encontramos ningún sentido jurídico ni humano. Nos preguntamos: ¿qué pasaría si otro individuo, saltándose dos semáforos en rojo, impactara a 135 km/h contra un vehículo que accede a la calle San Martín desde la calle Manterola o contra un peatón que accede a su puesto de trabajo en la Audiencia Provincial y lo mata? Tranquilos, señores jueces de la tercera sala de la Audiencia Provincial, sus hijos, siendo menores de 18 años cobrarían unos 19.000 euros, si fueran mayores de edad unos 9.000 y la persona que causó el ¿accidente?, con trabajo, novia, y plenamente integrado en la sociedad, tendría jurisprudencia para solicitar dos años y medio de prisión. Aunque nunca se sabe si, por casualidad (la violencia vial no distingue de castas) la víctima fuera un togado, ¿quizás sería eso considerado como un atentado a la autoridad?
Gracias para terminar, por su inestimable ayuda y abnegada entrega en la erradicación de la violencia vial. Muchas gracias.
Dicky Del Hoyo, Juan Mari Lertsundi, Pedro Gutiérrez García-Diego, Xabier de la Maza y Josetxo Etxeberria
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DÍA MUNDIAL EN RECUERDO DE LAS VÍCTIMAS DE TRÁFICO – NOTICIAS DE GIPUZKOA
Dramas de la violencia vial
EL HERMANO DE XABIER FUE ARROLLADO MORTALMENTE HACE TRES AÑOS. JOSETXO PERDIÓ A SU SUEGRO EN HERNANI
Domingo, 17 de Noviembre de 2013 – Actualizado a las 06:07h
LA madre de Lander sigue colocando flores una vez por semana. Maite zaitugu puede leerse bajo la foto en su recuerdo. En la misma farola, otra instantánea, esta vez de sus amigos. Al joven no le faltan muestras de cariño, el problema es que a los familiares les falta Lander. Los conductores que circulan a diario por el Paseo del Árbol de Gernika, en Donostia, situarán inmediatamente el escenario de la tragedia. Ocurrió frente al cruce del Puente de Deusto, donde se siguen depositando flores y fotos tres años después del accidente mortal. El donostiarra fue alcanzado por un Ford Focus pilotado por dos jóvenes a bordo de un deportivo de alta cilindrada. Llegó como un obús, se saltó dos semáforos en rojo y acabó impactando contra el vehículo de Lander. «Habían aumentado la válvula del turbo, toda la presión estaba en las ruedas. Venían a 135 km/h en un tramo delimitado a 50 km/h. Mi hermano se incorporaba y se lo llevaron por delante», indica mirando hacia Deusto Xabier de La Maza. «El impacto fue tan brutal que acabó 36 metros más allá, a más de un metro de altura», señala en dirección hacia los setos donde quedó el coche.
CURAR LAS HERIDAS
¿Cómo hacerlo?
Ocurrió el 28 de septiembre de 2010. De la Maza confiesa que nada cura las heridas. ¿Cómo acostumbrarse a una secuencia tan trágica? Haber hablado con el hermano poco antes, dejarlo pensando que daría una vuelta con su amigo y tener sus cenizas en las manos en menos de 36 horas. ¿Cómo asimilarlo? «Paso todos los días por el cruce, y siempre visualizo cómo tuvo que ser el impacto», dice a este periódico recorriendo el mismo lugar.
Su hermano, entretanto, permanece junto a él, fijo en el retrato en el que no deja de sonreír en una mañana lluviosa y de tráfico denso que exige la máxima precaución al volante. «Lo mejor para él es que no tuvo tiempo de darse cuenta de nada», se consuela De la Maza con un gesto compungido que contrasta con el de su hermano, que proyecta vida con su mirada, una vida truncada.
Con el fatal impacto, la tragedia no había hecho sino comenzar para la familia. Fue a las 1.50 horas cuando tocaron a la puerta de casa. Apresurada, abrió la madre. Frente a ella, la Guardia Municipal. ¿Son los padres de Lander de la Maza? «Sí, ¿qué ha pasado?».
Y a partir de ahí el horror. El siguiente recuerdo que guarda Xabier es el de sujetar en sus manos una bolsa de basura con la cazadora de Lander. Y a partir de ahí llamadas y más llamadas que comienzan a sucederse porque nadie da crédito a lo ocurrido.
Aquella noche Xabier se quedó con el móvil de su hermano, y pudo leer el SMS que le había mandado horas antes Alex, el amigo con el que se había citado. «Me estoy quedando pajarito…». Al ver que no respondía, Alex fue a su encuentro. Sobran las palabras para describir lo que vio al llegar al cruce donde perdió a su amigo.
HOMICIDIO IMPRUDENTE
Rebajan la pena impuesta
En el plazo de 20 días, el condenado por la muerte de Lander entrará en prisión. El hermano de la víctima dice que «será mínimo» el tiempo que permanezca privado de libertad. El Juzgado de lo Penal número 5 de Donostia le condenó a cuatro años de prisión por un delito de homicidio imprudente. La sentencia fue recurrida ante la Audiencia Provincial de Gipuzkoa, que ha rebajado la pena impuesta a dos años y seis meses.
La sentencia, notificada a 4 de octubre de 2013, indigna a la familia. En aplicación del artículo 66-1 del Código Penal, la Audiencia Provincial, que no pone en duda los hechos probados, rebaja la pena argumentando, entre otros motivos, que el acusado es «un joven normal, con trabajo estable y plenamente integrado, que reside con su familia y tiene novia, no habiendo sido condenado con anterioridad». La resolución no admite recurso.
Los allegados de Lander están indignados. «Esta sentencia nos avergüenza y nos indigna a partes iguales. No le encontramos ningún sentido jurídico ni humano. ¿Acaso es relevante que el autor de esos hechos tenga novia, que tenga trabajo? ¿Y qué ocurría si no lo tuviera? ¿Qué tiene que ver una cosa con la otra?».
De la Maza no deja de lanzar preguntas a las que no encuentra respuesta, mientras la imagen de su hermano se va haciendo más y más pequeña, en la medida que nos alejamos del lugar para buscar refugio de la lluvia pertinaz.
«Lo peor de las leyes es que, con voz muy grave, los magistrados te pueden dar por saco igualmente». A Xabier le acompaña Josetxo Etxeberria, otra víctima de la violencia vial desde el 2 de febrero de 2006. En aquella ocasión, un coche que invadió el carril por el que circulaba su familia, cerca de Chillida Leku, en la GI-2132, acabó con la vida de su suegro e hirió a su mujer y su suegra.
El turismo en el que viajaban, un Renault Megane, giró 180 grados y quedó desplazado cinco metros. El conductor «arrojó una tasa de 2,5 gramos de alcohol por litro de sangre. Le cayeron tres años, aunque en breve se acogerá a permisos», sostiene Etxeberria.
En el coche también viajaba su hija Haizea, que entonces tenía cuatro años y fue quien se llevó la peor parte. «Llegó prácticamente muerta en mis brazos al hospital», rememora junto a Xabier, que sigue con atención su relato. «La pobre estuvo en coma barbitúrico. Yo también quedé ingresado. Recuerdo que el celador me llevó en camilla hasta la UVI. El primer día ni me reconocía». El segundo día algo cambió. «A mi hija siempre le hacía masajes en los pies antes de acostarse. Aquel día, aunque todavía no podía articular palabra, me acercó el pie. Aquello era un todo un signo», rememora su padre. Haizea ya ha cumplido doce años y hoy hace vida normal, recuperada de una tragedia que ha dejado secuelas físicas y psicológicas en toda la familia.
RESARCIR EL DAÑO
«¿Dinero o justicia?»
El drama irreparable de la violencia vial ha unido sus vidas. «¿Qué quieres, dinero o Justicia?» Fue lo primero que le preguntó Josetxo a Xabier. El primero llevaba ya años luchando para que se hiciera justicia, y conocía el tortuoso camino que se inicia tras un accidente mortal, especialmente cuando no es una compensación económica lo que se busca para resarcir el daño.
Ninguno quiere dejar aparcado en un arcén el alto peaje que han tenido que pagar, y abogan por hacer extensible su dura experiencia al conjunto de la sociedad, de modo que «entre todos podamos llevar a cabo un ejercicio de reflexión sobre la disposición con la que nos sentamos frente al volante». Recuerda Josetxo que cuando conoció a Xabier, le impresionó sobremanera las palabras que le dirigió su hija Haizea: Yo perdí a mi aitona, pero tiene que ser muy duro perder a tu hermano. «Eso le dijo. Mi hija, a pesar de su corta edad, ha madurado mucho con todo lo ocurrido», observa Etxeberria, que reclama para este tipo de accidentes una regulación normativa similar a la que se ha aprobado en los últimos años contra la violencia de género.
«En el caso de mi hermano», tercia De la Maza, «lo discutible es el razonamiento de los jueces, algo que además crea jurisprudencia». Etxeberria se muestra totalmente de acuerdo. «Es una interpretación que genera dudas. ¿Y si el conductor no hubiera tenido novia? ¿Y si estuviera en el paro? ¿Habrían sido esas circunstancias atenuantes o agravantes?», vuelven a preguntarse ambos.
Eso sí, agradecen la reconstrucción del trágico accidente que hizo la Guardia Municipal de Donostia, aunque «lo que ha venido después, lo acatamos, pero no lo compartimos».
DÍA MUNDIAL EN RECUERDO DE LAS VÍCTIMAS DE TRÁFICO
«Vino a 135 km/h y se llevó por delante a mi hermano; indigna que le rebajen la condena»
XABIER DE LA MAZA
Hermano de Lander, arrollado mortalmente
«Mi hija llegó prácticamente muerta al hospital; el conductor arrojó una tasa de 2,5»
JOSETXO ETXEBERRIA
Su suegro murió víctima de accidente
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