Walter Mitty y los opinatrices

Lo dije en twitter pero como allí hay poco espacio lo repito aquí. Me ha gustado mucho «La La Vida Secreta de Walter Mitty«.

Es una película optimista que habla del periodismo, de la pasión por el trabajo bien hecho y de las carreras profesionales largas, construidas con esfuerzo y tesón,  frente a los arribistas tiempos actuales en los que cualquiera puede presumir de experto en algo con sólo un cursillo.

Es un film sobre tomar riesgos y cómo esos riesgos afectan a nuestra vida.

Su factura es impecable, las interpretaciones competentes.

Su banda sonora con temas de Jose Gonzalez y el fantástico «Dirty Paws» del Grupo Of Monster and Men ya están instalados en mi cabeza.

Con una versión del Space Oddity de Bowie interpretada por una de las mejores actrices de su generación: Kristen Wiig. Si no la conocen recuperen algunas de sus interpretaciones en Saturday Night Live.

La versión que interpretó Danny Kaye fue una de las películas favoritas de mi infancia y fui al cine pensado que la nueva versión  me iba a defraudar.

No ha ido así. Todo contrario.

Y no entiendo, por mucho que lo intento,  la crítica que hace un tal Eguren escribe para  los medios de Vocento,  la llama película «anodina y rutinaria» y luego se despacha a gusto. Eso me lleva a pensar en la famosa frase de «las opiniones son como el culo, todo el mundo tiene una». Pero me lo pienso un poco más y veo en su estilo mucho «boyerismo», es decir un intento de  epatar sin argumentar y sin profundidad intelectual en lo escrito. En la ecuación del trabajo crítico creo que además de ser buen profesional, de ser buen periodista también debiera estar incluido, de propina,  ser buena persona. Pero en los tiempos que corren eso es, en muchos casos, pedir demasiado.

A algunos críticos, y sobre todo a algunos de los tertulianos que rellenan espacio de radio y televisión  les llamo opinatrices, una mezcla de opinadores y meretrices. Y creo que sería oportuno que los críticos (porque, en determinada medida, yo también lo soy) fuéramos criticados, pero eso sí, fabricando con rigor la opinión y explicando las razones.

Y ahora, si le apetece,  critique usted. 

5 comentarios en “Walter Mitty y los opinatrices

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  2. El medio impreso obliga al crítico a condensar su visión de la obra en pocas líneas. De esta manera, alguien puede despachar en solitario y en 20 minutos, sin sonrojarse, un trabajo colectivo que ha empeñado meses de decenas y decenas de personas. Resulta inmoral que pontifiquen. La superficialidad aquí no es un problema, sino una exigencia. Y más brillante es la superficie, mas luce en el mueble bar del salón. Por eso determinados críticos gustan a las redacciones. Se acoplan.
    Son muy críticos con una peli de un californiano a quien estríctamente se la suda la opinión de un caballero a quien jamás llegará a leer, pero se acojonan en las distancias cortas. No es el caso de este, en mi opinión. Pero si Boyero ataca como ataca a Almodóvar es precisamente para hacer creer que no se pliega ante nadie, cuando en realidad vive de las genuflexiones. Ello dejando de lado las hondas lecturas pscológicas que uno quiera emprender al respecto, yo declino.
    Quedan las camarillas, la forma en que aplauden el olor de las flatulencias de las personas que les interesan y en cambio son de florete o machete con las que no, etc. Por alguna razón la crítica cinematográfica, y en su momento algo pude conocer, se mueve en círculos tan frágiles y al tiempo tan implicados como un castillo humano catalán. Se sostienen, gustan y valen entre si.
    No retratan las películas, retratan a los medios que las publican. Dan la medida de sus cabeceras.

  3. Tengo muchas ganas de verla… cuando lo haga te diré si coincido contigo o con Eguren… Te advierto que suelo detestar las críticas de cinematográficas de Vocento (principalmente las del diario vasco con las que nunca coincido) Pero sin ver no puedo decirte.

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