La oración del ateo

El amigo ateo tiene un problema. En realidad, tiene varios problemas.

Cuando dices ateo en el imaginario colectivo social se sigue pensando en una persona amoral, un sociópata de libro; del estilo de Hannibal Lecter. Y no, nuestro amigo ateo lo es por las circunstancias, por herencia, por influencias y, sobre todo por una certidumbre científica y moral. A él le gustaría no serlo, sobre todo porque podría ir por la vida con un apoyo del que carece. Hace mucho frío cuando se piensa que esto  es lo que hay y que, cuando se acaba pues eso,  que sanseacabó. Pero a lo que ibamos. Nuestro amigo ateo es, básicamente, una persona decente. Cede el paso a los ancianos, ayuda a los extranjeros perdidos en su ciudad, en el trabajo no se escaquea, colabora con todo y con todos,  aunque pierda horas y gane en preocupaciones. También le gustan los gatos y protege el medio ambiente. Aunque se podría permitir un coche grande,  tiene, y casi le da verguenza porque consume  CO2, un utilitario ecosostenible. Su lema podría ser «porqué enfadarnos si podemos ser amigos».

Ahora, el amigo ateo, esta en una compleja tesitura y como tiene claro que ningún señor con túnica, barba blanca y triángulo en la cabeza va a acudir a solucionar sus problemas piensa y piensa y llega a una conclusión. El mundo es injusto, dice, hay decenas de hijos de puta que ha alcanzado la vejez de manera plácida y cuyos crímenes han sido olvidados. Hay bellísimas personas que, como «recompensa», han padecido y padecen males terribles, situaciones espantosas que no desearías ni al peor torturador de Dachau. Ergo, confiemos,  se dice, en aquello que nunca falla. En una vida de trabajo que le ha proporcionado amigos donde apoyarse y a los que recurrir. En la devolución de favores.  En la familia que supone el útimo escudo ante las inclemencias. En una trayectoria honesta. En la estadística. En el improbable golpe de suerte que supone en haber nacido en una de las escasas zonas que del planeta tierra  que son  Primer Mundo. Y en  poco más.

Confía, en fin. Y reza, porque quiere conservar lo que más quiere. Egoísta e incongruente que es el amigo ateo.

12 comentarios en “La oración del ateo

  1. Froy. Mtz

    No hay duda que la comunidad atea y la agnóstica cada día crece, ¡claro! Como nunca recibieron un afecto de parte de su familia, su papa o su mama. Es muy lógico que las consecuencias de estos asentimientos ahora los esté pagando Dios con tus acusaciones hacia él. Cuando el ser humano ha destruido a la misma humanidad a través de tanto pecado, de ambiciones de poder a través de las guerras, de brujerías hechicerías buscando el favor de Satanás y sus demonios, ahora también la culpa la tiene Dios. Dios nos creo capaces de discernir entre lo bueno y lo malo, pero nosotros hemos preferido hacer lo malo ¡Concientiza! Dios es Santo él no tiene la culpa de nada, nosotros solo estamos cosechando lo que sembraron nuestros padres y abuelos. La sociedad está cosechando un necio y un agnóstico en ti, no porque Dios se equivoco, los que se equivocaron fueron tus padres o tus tutores que eso fue lo que hicieron de ti ¡NO FUE DIOS! pero no todo está perdido, Jesucristo está liberando musulmanes, budistas, satanistas y extremistas en general, que no lo haga contigo. Jesucristo Vino a Libertar a los Cautivos…”Acéptalo hoy en tu corazón” el no te quiere manipular sino ayudar. El dijo “Clama a mí y yo te responderé” Jeremías 33:3.

  2. Gaby

    Quisiera contrastar este artículo con una breve historia.
    Un día un hombre llegó a su barbería y como nunca se puso a hablar con el barbero. Después de mucho hablar, tocaron el tema de Dios. El barbero un hombre sabio, erudito en muchos aspectos, con la sapiencia y la experiencia que solo dan los años, mantuvo el siguiente diálogo:
    – Mire amigo con mi experiencia en el mundo he llegado a comprender que si existiera Dios, no existiría el hambre en el mundo, no existiría dolor, ni sufrimientos, ni cadenas, todos los hombres serían libres y nadie temeria nada porque él los protegería. Nadie puede creer en lo que no existe. Solo podemos creer en lo que nosotros mismos podemos hacer por nosotros y por los demás.
    El hombre terminó su corte de cabello y salió pensativo y absorto en lo que el sabio barbero había dicho.
    Al rato, regresó a la barbería.
    – Disculpe amigo, pero he salido a la calle, y después de lo que he visto y he podido comprobar, y cualquiera podría verlo y decirlo con infalible precisión, he de decirle con justa razón que los barberos no existen.
    – Como puede decir eso, si precisamente usted me está mirando en este momento.
    – La verdad sigo creyendo que los barberos no existen. He salido y he visto varios hombres con el pelo muy largo, con largas barbas, y algunos con el cabello sucio y desgreñado. Si existieran los barberos no habrían hombres con cabello largo, no habrían personas caminando desaliñadas y tristes, todos estarían limpios y no temerían enfermarse por la suciedad.
    – Pero eso no quiere decir que yo no exista. Quiere decir que esas personas no me conocen, no quieren que los ayude, o simplemente no quieren saber de mi.
    – Exacto

  3. elisa

    Soy atea, mis padres cristianos, desde los 12 años empezé a preguntarme porque debo de creer en un Dios, a los 14 o 15 estaba convencida de que la gran mayoría de la gente lo hacía por simple tradición. No le pido nada a nadie, más que a mi misma, y no entiendo esa insistencia en que los ateos necesitamos en algún momento creer en algo, o en que nuestra vida sea más fria, al contrario, me siento orgullosa de haber llegado a conclusiones por mi misma y a no depender de algo que no es más que una Idea en mente de algunos. Un saludo, espero que puedan entenderme, porque yo entiendo al creyente.

  4. Si existiera dios,no habria hambre en el mundo, ni sufrimiento, ni torturas ni cadenas,ni rejas ni fronteras,por eso,hay que hacer de este mundo un eden
    con nuestros propios recursos,con nuestros propios esfuerzos,con nuestro propio intelecto.
    Yo no creo en Dios,creo en el hombre,que algun dia,con propia conciencia,sera capaz de tender la mano a su hermano que ha quedado en el camino.
    Si existiera Dios,no habria subdesarrollo,no habria miseria,no tendriamos necesidad de policia,ni de politica y un sin fin de chingaderas,seriamos uno, de la mano del otro y al fin habriamos alcanzado el cielo en la tierra.

  5. patricia

    Vivir sin Dios nos condena
    a errar por propia cuenta,

    Vivir sin Dios nos ayuda
    a crear una vida propia,

    Vivir sin Dios no consuela
    y aún a veces desespera,

    Vivir sin Dios no es locura,
    es quitarse la tempura

    y vivir omnipresente!

  6. Dicky, ¿qué pasa hombre? ¿Quedamos a echar unas birras?
    Y lo del ateismo, no veo la relación entre ser ateo y ser amoral, será que no he entendido lo que es «el imaginario colectivo social»…
    No sé, para mí es lo normal, ser ateo, es lo racional y lo científico… Yo no doy explicaciones. Digo que lo soy a quien me lo pregunte y si no le gusta lo siento, no es mi problema… y si me deja en paz, mejor para los dos ¿no?
    Por nuestros actos nos conocerán. Que sepan que quien les ayudó desinteresadamente era ateo.

  7. xiabre

    Ser ateno tiene la ventaja de no tener que preocuparse de mantener contentos a los dioses ( ya no lllega con mantener en buen estado de ánimo a los humanos de nuestro entorno) y de no temer una maldición divina…da una tranquilidad digna de un paraiso.

  8. Impecable, como casi siempre, dicky. Yo me considero agnóstico porque aunque me creo la teoría de la evolucióna pies juntillas me parece tan brusco el salto entre el mono y el hombre que aún sigo buscando «mi propio eslabón perdido». Algo tiene que haber para que a nuestro alrededor haya tantas benas personas, tantos hijosdeputa, y tantos hijosdeputa que se creen buenas personas…

    Yo que no creo en Dios, o al menos no creo en un Dios que nosotros podamos entender, sistematizar y domesticar para pedir limosnas en su nombre. Yo que no creo en la existencia de cielos e infiernos sí que echo en falta a veces ese apoyo que hablas, carezco de ese colchí, de ese «bueno, que sea lo que sea, ya descansaré después».

    Hay vecs que tienes que explicar que lo de no creer no es realmente una elección, que no es una pose, que ya me gustaría mi creer en algo. Pero no puedo.

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