Recuerdo, cuando trabajaba en radio Euskadi, que existía una especie de pique entre las redacciones de informativos «generales» y las de deportes. Esto que, seguramente es trasladable a cualquier medio informativo, se debe a lo que, los periodistas que informamos sobre asuntos generales, entendemos como una «sobrepasión» de los informadores deportivos sobre sus asuntos. Una de las anécdotas más curiosas que recuerdo fue la discusión, la noche de la caída del muro de Berlín, sobre si debía abrir esa noticia el informativo o que un jugador del Athlétic, no recuerdo cuál, se hubiera lesionado.
Aquí, históricamente, el periodista deportivo ha sido aquel que por deméritos no conseguía alcanzar la «primera división» de la información «seria». Ahora, afortunadamente, está cambiando la cosa y se da el caso de excelentes periodistas que han abandonado la información general para pasarse a la crónica deportiva. En los países anglosajones, el periodista deportivo es, y empieza a trasldarse esto a nuestra prensa, un verdadero teórico de su especialidad, documentado y con un excelente nivel de redacción. No hay que olvidar que con un partido de fútbol se puede escribir una crónica épica que nada tiene que desmerecer en emoción, por ejemplo, a la que se escribiría sobre un avance médico, sobre una victoria en unas elecciones o sobre el final de una guerra.
Todo esto viene al caso al leer la excelente crónica que Victor Soto dedica al Osasuna- Real Sociedad que se disputó este pasado sábado. En un elegante ejercicio estilístico, el periodista desmorona el mito de las relaciones fraternales entre equipos vasco navarros. Explica, de manera gráfica cómo la grada del Osasuna deseó activamente la derrota de su equipo para perjudicar a un tercero, el Athlétic de Bilbao. Todo esto coincide con el sentimiento manifestado entre otros hinchas del Osasuna que, en mensajes sms, han llegado a pedir la destitución de su entrenador por ¡hacer ganar a su equipo!
y ahora os dejo con la crónica del partido. No se puede decir más en menos líneas:
«¡Ricardo, déjate!»
Osasuna, desconcertado por los abucheos por ganar a la Real
VÍCTOR SOTO – Pamplona – 29/05/2007 EL PAÍS
No se arredró David López al celebrar el primer gol de Osasuna pese a que la grada respondió a la acción entre el silencio, tímidos aplausos y sonoros pitidos. Tampoco el iraní Nekounam, con una enorme sonrisa, dejó de mirar al cielo para festejar el segundo tanto pese a que los silbidos habían arreciado y que muchos seguidores de Osasuna abandonaban el campo a continuación. Ni el portero osasunista encogió el brazo cuando la grada de Indar Gorri [Fuerza Roja], la más ruidosa del estadio Reyno de Navarra, le gritó repetidamente: «¡Ricardo, déjate!». Y, por supuesto, no hubo celebración aunque la victoria certificaba la permanencia de Osasuna en la máxima categoría.
La división entre objetivos del club y anhelos de la afición, empeñada en la salvación de la Real Sociedad a costa del Athletic, se mostró evidente y supuso un triste espectáculo que llegó a roces personales entre algunos exaltados que defendían la obligación de ganar y otros que exigían la derrota. La tan mentada y publicada coalición entre equipos vasconavarros se ha demostrado inexistente, al menos el domingo.
El entrenador de Osasuna, José Ángel Ziganda, se mostró especialmente dolido con los que habían dudado de su honradez y profesionalidad y cargó contra el valencianista Albelda, que había hablado de sus «malas experiencias» con los equipos del Norte. «No entiendo que profesionales como nosotros se metan en partidos que ni les van ni les vienen», afirmó; «esta semana pueden demostrar lo profesionales, grandes y honrados que son». Y prosiguió: «Tiene un Levante-Valencia muy bonito y yo le digo a Albelda, desde aquí, que no dudo de él». «No dudo de ti, Albelda, majo, porque el domingo que viene tienes una buena oportunidad; no te juegas nada con un vecino para ver lo grande y lo profesional que eres», indicó notablemente molesto.
Pero para la historia queda la pitada con la que buena parte de los 18.000 aficionados locales despidieron a Osasuna camino de los vestuarios con el 2-0 a su favor. Y con la sensación de que, tras una temporada brillante, con la cima de participar en las semifinales de la Copa de la UEFA, el equipo sea recordado por el choque con la Real.
Dicky del Hoyo 
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