Los Medios de Comunicación pueden “acabar” con el Cambio Climático

Cambio GlobalLa escritora Connie Willis en su novela «Oveja Mansa» habla de los problemas de una investigadora a la hora de encontrar el origen de las modas que, con periodicidad de una gripe atacan a las sociedades occidentales. La pregunta que intriga a la protagonista es uno de los misterios más grandes de las culturas y sociedades humanas: ¿cómo demonios se originan las modas? ¿De donde salen esas efímeras sociales y/o estéticas modas? Esas modas absurdas,en las que si no estás a la última en el objeto de la moda eres un paria social. Al hablar de estas modas lo hacemos de asuntos que van desde las muñecas Barbie hasta el grunge, de los patinetes a Risto Mejide o Prison Break.Y si hablamos de modas, deberemos hacerlo también, del Cambio Climático y los Medios de Comunicación . Hace unos años, y hablo con conocimiento de causa porque dirigí un programa sobre ecología en Radio EUskadi, llamado «Frontera Azul», el hablar de temas ecológicos era enfrentarse al desierto. Era una labor ingrata porque, no había interlocutores, salvo los cuatro militantes de grupos ecologistas y algunos abnegados científicos. No había oyentes porque para escuchar una noticia, supongamos, sobre la desertificación del Levante español, había que integrarse dentro de una miltancia medioambiental. El programa duró una temporada en antena y luego se me pidió una reconversión temática. Era demasiado pronto para hablar de algo que no estaba de moda.

Ahora ocurre todo lo contrario. Desde «La verdad incómoda» de Al Gore, el medio que no habla de cambio climático o que no le dedica un amplio reportaje, no está en la «onda» de lo que pide el lector. Y este es un asunto que se retroalimenta. A mayor despliegue de informaciones alarmantes sobre el futuro que nos espera, mayor número de noticias que se generan. Y esas informaciones ya no se integran en secciones exóticas, sino que llevan la etiqueta de economía y sociedad. El asunto es que «El cambio climático» está llegando en los Medios, a un punto de saturación a partir del cual dejará de interesar a los redactores jefes, porque será una tema excesivamente reiterado, y al público porque la saturación equivale a anestesia moral en los destinatarios de la noticia. Y como ejemplo de esto último sólo tenemos que acudir a los, casí cien civiles muertos de media al día en la Guerra Civil de Irak.Forges y el Cambio Clkimatico

Es innegable, a la vista de los datos científicos que, cada vez están más cerca los efectos catástroficos que, para nuestro modo de vida, provocará el Cambio Climático, pero también cada vez existe más indiferencia hacia esos mismos efectos. Y eso por no hablar de los «expertos» que en calculadas operaciones de «grupo de presión» están actuando para minimizar los daños para las grandes corporaciones que provocan, con su actividad, la emisión de CO2 o el efecto invernadero. Esta semana muchos medios recogían la noticia promovida por el grupo de presión ultraliberal «Tennessee Center for Policy Research» en el que se comentaba que Al Gore tiene una elevada factura de la luz en su mansión. Con el mismo sesgo, un economista de prestigio, Xavier Sala i Martin, equiparaba el asunto del Cambio Climático con una crisis de finales del siglo XIX. Entonces la humanidad se enfrentaba a un serio problema medioambiental: el estiércol. La población urbana se disparaba y, dado que el medio de transporte principal eran los coches de caballos, los excrementos se acumulaban peligrosamente causando hedor, enfermedades respiratorias y fiebres tifoideas. Sala i Martin concluía que «los sabios, que proyectaban una explosión demográfica a lo largo del siglo XX, predijeron una crisis ecológica sin precedentes. Han pasado doscientos años y el miedo a morir sepultados por excrementos ecuestres se ha evaporado. Los que no han desaparecido son los sabios catastrofistas. Es como si tuvieran su propia ley de la termodinámica: ni se crean ni se destruyen, sólo se transforman. Ahora nos dicen que durante el siglo XXI el planeta se calentará hasta 6,4 grados, el nivel del mar subirá provocando inundaciones masivas, los huracanes serán más destructivos y habrá más sequías y más inundaciones.» Fin de la cita, menos mal que el fin de la Naturaleza y de nuestro modo de vida  tal y cómo los conocemos es un asunto que se puede equiparar, tan sólo, a la mierda de caballo.

Es posible que el Cambio Climático se convierta en una moda que desaparezca de los medios de comunicación. Es posible (y perdón por la autocita: https://turanzas.wordpress.com/2007/01/14/gracias-por-fumar/ ) que los grupo de presión y los think tanks hagan bien su trabajo y desvien la atención hacia otros asuntos. Lo que probablemente no ocurrirá y para eso está la obstinada realidad, es que el Cambio Climático (y sus perniciosos efectos) desparezcan de nuestra vida cotidiana. Cuando la mitad de España esté desertificada el problema del agua será un asunto de primer orden. Cuando las enferemedades tropicales llamen a la puerta de la próspera Europa será tiempo de preocuparse. Cuando urbanizaciones contruidas, no ya a pie de playa, sino en las propias playas sean devoradas por la marea la moda del Cambio Climático dejará de ser una especulación para ser «una verdad incómoda». Al menos tan incómoda como pisar un zurullo de caballo con el zapato.

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